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No es oro todo lo que reluce

15, octubre 2025

Llevamos muchos meses con subidas espectaculares del oro.

La tesis que se ha implantado en el mercado es que los gobiernos, sean del color que sea, no tienen ningún incentivo por cuadrar las cuentas y reducir el déficit público. Hace muchos años que se superaron límites asumibles, pero tras el COVID las cifras se han desmadrado.

Obviamente que se hable de deuda sobre PIB y no de deuda sobre presupuesto del gobierno ya nos da una idea de que no hay ninguna posibilidad que la situación pueda revertir y mejorar.

Es aquí donde los metales preciosos han resurgido y el oro acumula subidas de más del 100% en menos de 2 años.

Pero estos últimos meses la plata también está brillando mucho y desde este agosto ha subido un 45%.

Dado que el mercado siempre acaba buscando y, normalmente encontrando, otras oportunidades adyacentes a la tesis central también el paladio o el platino se han unido a la fiesta.

Pero cuando uno de los principales motivos de la subida es la certeza de lo mal que lo hacen los gobiernos y su poco incentivo a mejorar, dado que su único objetivo es ganar las siguientes elecciones, es cuando nos damos cuenta de que no hay otra solución para no perder poder adquisitivo con la depreciación permanente de la moneda FIAT que estar invertidos.

No hay alternativa, ya sea en metales preciosos, bonos, inmuebles o renta variable. Si no queremos ver como nuestros ahorros se evaporan con el tiempo y con los mismos Euros o USD cada vez podemos comprar menos bienes o servicios, no nos queda otra que poner nuestro capital a trabajar.

¿Una nueva burbuja en el horizonte?

Y aquí es donde debemos ir con cautela y no comprar cualquier tesis de inversión como la acertada de los metales preciosos.

En los últimos meses estamos reviviendo en algunos subsectores algo que a los que llevamos muchos años en los mercados nos está recordando a la burbuja puntocom.

Los que lo vivimos vimos cómo cualquier empresa que anunciaba una web para vender productos subía como la espuma. Recuerdo empresas como Telepizza subir más de un 150% en mes y medio por anunciar la venta de sus pizzas por este nuevo canal. Supongo que alguien pensaba que íbamos a comprar más pizzas por estar sentados delante del ordenador. Y así acabó con las caídas posteriores al pinchazo de esta burbuja.

Las subidas de ahora, por ejemplo, de empresas de computación cuántica me recuerdan mucho a ese momento.

La verdad es que el nombre llama mucho la atención e incentiva a la compra de las acciones, no dudo que en algún momento será toda una revolución incluso superior a la actual de la IA, pero pienso que estamos aún muy lejos de poder pensar que en breve lo podremos ver como una realidad cercana.

Y es aquí donde empresas como Rigetti Computing están brillando más que el oro. Por poner un ejemplo de una empresa que es exponente de lo que para mí es una burbuja: capitaliza por 18.000 millones de USD, cuando según datos de Bloomberg se espera que acabe este año con ventas de 8 millones de USD y pérdidas de 16 céntimos por acción. Solo este 2025 ha subido un 267%.

Cuidado con no dejarnos llevar por modas, se deben revisar muy bien cada una de las tesis de inversión porque a pesar de las subidas… no es oro todo lo que reluce.

David Alcaraz, Director de inversiones y socio fundador